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En pos del Advenimiento

Connotado por una excelente enunciación expresiva se cualifica al tríptico de la notable artista Martha Petrona Jiménez Pérez. Compuesto por tres piezas bidimensionales de gran formato, el enfoque de una proyección poética y asentida factura, Advenimiento como lo ha titulado la artífice, constituye un sistema, forma que reúne en concepto la prominencia estética que cada cuadro ostenta.

La idea referencia un acontecimiento en proceso de llegada y esperado con expectación. Es la atemperada bienvenida a un evento vital. La representación de toda la carga emotiva contenida al aguardar por un suceso que en su esencia es enteramente sublime.

La propuesta está concebida en tres movimientos, en tres diversas piezas. Cada una es diferente desde la forma, estilo y tratamiento del color, pero en su conjunto ideostético están en igual sintonía discursiva. Son obras equidistantes desde la calidad plástica e independientes en cuanto a la composición, pero sus lenguajes se mueven en similar órbita por el hecho de encontrarse en función de un mismo contenido.

El primer movimiento del conjunto pictórico lo defiende una dama con un candil. Se considera el que origina la apertura del guión museográfico, porque es quien regala la luz apuntando a lo espiritual, a la parte interna del ser relacionada con la sensibilidad y el predominio de lo que se es capaz de sentir. La dama del candil de flores, aunque registra un sustrato relativo a la naturaleza, patentiza la importancia de la subjetividad, de la intervención de la conciencia como elemento mediático, es por tanto la alegoría a lo sensorial, a lo sugestivo a partir de las emociones.

El segundo movimiento es la pieza representada por la dama del redoblante en forma de caja de regalos. Aunque expone preceptos sensoriales por la acción de emitir la cadencia y el ritmo de los sonidos, está más emparentada con lo tangible, por eso es quien protagoniza la defensa a los aspectos materiales. Esta figura femenina es la que proporciona los valores palpables de la realidad objetiva, necesarios para el desarrollo como ser social, por ello respalda al individuo visto desde la carne, el cuerpo, como humano. Es quien facilita los bienes, los elementos físicos que complementan el progreso.

El tríptico como sistema posee un elemento de unificación, un símbolo intercomunicador que como especie de ritmo establece un diálogo con términos contemporáneos. El elemento es el caballo de madera, se encuentra indistintamente en cada una de las piezas indicando el retroceso y el avance del tiempo, lo contradictorio como problemática existencial de la postmodernidad.

Por su parte el tercer movimiento del sistema es la pieza del centro de la distribución museográfica. Presenta una dama que se encuentra encinta y espera dar lugar a una vida, lo cual ha sido motivo de gran ceremonia. En la parte inferior del cuadro, una escena divertida coopera con elevar la temperatura y el dinamismo de la composición. De igual modo, del vestido de la dama pende una balanza que en uno de sus extremos sostiene un huevo, como alegoría a la concepción fundamental de toda la obra. Mientras, la figura céntrica mantiene una postura serena, sugerente, con una mirada suave, ensimismada, profunda y esboza una expresión con el rostro al cual la artista le ha dado un tratamiento supremo. Consiste en el magistral abordaje cromático, que envuelve al espectador, le seduce y atrapa. Por este motivo, luego de un recorrido óptico por cada una de las piezas, es esta en la que se resume la concentración del atractivo visual.

Al tríptico lo identifican básicamente dos favorecedores aspectos: la acertada elección de un extra formato y un logrado manejo en el preciosismo del color. Es por esta razón, que el sistema no está concebido para observar de cerca, para ello técnicamente exige una distancia del espectador de no menos de cinco metros como regla elemental de apreciación. Solo desde allí pueden comenzar a valorarse los niveles estéticos alcanzados por la autora.

Definitivamente, Advenimiento es una entrega ciertamente loable, auténtica, especialmente elaborada en un momento de incuestionable madurez creativa. Es por tanto una propuesta bravísima, que pulsa la dimensión de una artista con probidad ilustrativa de vanguardia.


Por: Lic. Yaniel Pérez Guerra.
Curador y especialista en Artes visuales.  
Año 2016.